¿Quién privatiza a los políticos?
Monday 02 January, 2012
Emilio Lledó
El Nuevo Diario, Nicaragua
La defensa de lo público hace vivir la democracia. Hay opiniones en contra que parecen apoyarse en ese latiguillo de la libertad individual para fomentar la riqueza, de la libertad de emprender, de crear, que se oculta bajo la oscurecida palabra de liberalismo. No se puede negar la importancia de los llamados bienes de consumo que la economía y los economistas administran. Pero el verdadero sustento de la sociedad, de la vida colectiva, tan importante como la vida de la naturaleza, es la educación, la cultura, la ética. Ellas son las verdaderas generadoras de riqueza ideal, moral y material.
La democracia, que nació como lucha hacia la igualdad por medio de la reflexión sobre las palabras y por el establecimiento de unos ideales de justicia y verdad, no puede rendirse a las privatizaciones mentales de paradójicos libertadores. Sin embargo, apenas se insiste en el hecho de que la crisis que padecemos es una crisis que tantos competentes expertos, siguiendo el principio de la libertad y la competitividad, no han sabido evitar, tampoco las diversas burbujas -sobre todo las propias burbujas mentales- que inflaban y aireaban. Burbujas que les han permitido construir, sin que nadie les pida responsabilidades por sus liberadas y productivas ganancias.