¿Será la tercera propuesta del tren costarricense la vencida?

 

Podría ser poco alentador para los usuarios costarricenses del ferrocarril, darse cuenta de que el plan del tren eléctrico interurbano que propone Christian Vargas es la tercera iniciativa en dos años y medio.

Podrían caer en el pesimismo también, si consideran que a estas alturas todavía falta un estudio de demanda, en tanto Vargas, el nuevo presidente del Incofer, instituto nacional de ferrocarriles, está pidiendo un nuevo diseño de la obra.

Finalmente, con el cambio de Gobierno no existe garantía de que haya una vez más “borrón y cuenta nueva” acerca del proyecto.

Entre los factores positivos está que se trata de una inversión de unos $500 millones, menos de la mitad del proyecto propuesto por Guillermo Santana, el predecesor de Vargas, y parecido al monto estimado por Miguel Carabaguíaz, creador de la iniciativa inicial durante el gobierno de Laura Chinchilla.

Con un monto de esa magnitud, el tren podría autofinanciarse con las tarifas de los usuarios, algo que sería difícil con un proyecto caro, ya que el Estado no tiene recursos para subsidiar la operación.

El proyecto contaría con la inversión necesaria mediante un préstamo de hasta el 40% de los activos del sistema ferroviario, de acuerdo con la aprobación en junio de la Ley de Fortalecimiento del Incofer.

Al eliminar la necesidad de ampliar la vía ferroviaria, tampoco habría necesidad de expropiar terrenos, algo que a menudo requiere años y hasta décadas.

Entretanto, el público sigue lidiando con un servicio deficiente, ya sea por las condiciones del equipo como por los choques.

En estos momentos hay tres unidades varadas, y a menudo es necesario esperar meses hasta que se consiga un repuesto.