Crecimiento frente a desarrollo
Wednesday 18 January, 2012
David Becerra Aparicio
Prensa, Panamá
Vivimos en un país en donde los gobernantes no solo rechazan la crítica, sino que fustigan y atacan a quien no hable del crecimiento económico y de las bondades del desarrollo que tiene el país, cosa que se ve a simple vista, pero para evitar dudas, el Gobierno invierte sumas extraordinarias en divulgarlo, especialmente, en los medios de sus allegados en los que se nota que la inversión es superior, por todos los espacios que ocupan y la forma en que atacan a cualquiera que se atreva a pensar diferente a ellos.
Ese gran desarrollo y crecimiento tiene a sus privilegiados, se trata de aquellos grandes empresarios que cuentan con una envidiable solvencia económica o consorcios que tienen líneas de crédito y son socios de grandes capitales; ellos son, en realidad, los más beneficiados de esta burbuja. Estoy seguro de que el paletero, el chichero, la señora de la fonda, en fin, el panameño de a pie, lo único que ha recibido de este crecimiento son las alzas en el pasaje, en la canasta básica familiar, la falta de agua, el mal servicio del sistema de salud y todos aquellos males que estaban antes de que entraran ellos y que continúan allí, porque serán las próximas metas a cumplir. Es decir, que mientras hayan problemas por resolver, tendremos buenos discursos para las próximas elecciones.
Quisiera que algún gobierno se preocupara y se asegurara de que nunca falte el agua potable en los barrios pobres, así como no falta en Punta Pacífica, Costa del Este o cualquiera de estas barriadas de privilegiados.
Quisiera que el Estado dejara de subsidiar el alza de la tarifa eléctrica, porque con eso lo único que se logra es garantizar los márgenes de ganancia de los inversionistas, quienes deben ser eficientes para recuperar sus inversiones.
Quisiera que llegue, algún día, un gobierno que no solo invierta para el crecimiento y desarrollo económico, sino que invierta y tenga planes para el desarrollo humano y de los recursos naturales; que en lugar de subsidiar a los pobres invierta en su educación, para que así ellos desarrollen todo su potencial y se conviertan en generadores de riquezas, sean autosuficientes y productivos.