Dividendo de la paz en Colombia

El acuerdo de paz firmado el mes pasado por el gobierno y el principal grupo rebelde, debería atraer la inversión a Colombia.

Persisten las dudas acerca de la eficacia del acuerdo, que los colombianos tendrán que ratificar mediante un referéndum el 2 de octubre.

Un plan del gobierno para crear nuevas fuentes de ingreso para los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, llevará tiempo.

Las áreas de las FARC esperarían la ayuda en una reestructuración de la agroindustria, así como en la exploración de posibles yacimientos de petróleo y gas natural, para el que ya se han concedido varias licencias.

Entretanto, las FARC se han comprometido a salir del negocio de la cocaína, históricamente una fuente importante de ingresos.

Otra preocupación es la persistencia de otro grupo guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional, que permanece activo, incluso detonó varias bombas durante la última semana.

Por otro lado, el acuerdo de paz es un gran avance, incluido el reconocimiento por parte de las FARC por primera vez en medio siglo, de la legitimidad del gobierno colombiano.

Mientras tanto, los dos antagonistas deben beneficiarse del crecimiento en un país con la alfabetización casi universal, y una economía diversificada con amplios recursos naturales, así como activos logísticos, que incluyen el hub en Bogotá de Avianca, y los puertos tanto en el Atlántico y el Pacífico.

El ELN, por su parte es pequeño, en comparación con las FARC.