Mucho camino por andar
Friday, November 26, 2010
Roberto Fernández
La Prensa, Honduras
La paliza que Barack Obama acaba de recibir en las elecciones estadounidenses es culpa de la frustración que sienten los ciudadanos al comprobar que la crisis económica no ha podido superarse todavía, dos años después de un gobierno tuvo al Senado y al Congreso a su favor y la favorable predisposición emocional de la ciudadanía dentro y fuera del país.
Obama trata ahora de revertir el fracaso inyectando en la economía $600,000 millones para ver si así se reactivan los mercados. El ciudadano de a pie se marea ante semejantes cifras, pero también se da cuenta de que seguir aguando el vino para darnos la impresión de que el vaso está lleno no será la solución.
Ésta tiene que proceder de un cambio profundo en la mentalidad social. Como dice J. Pieper: “La austeridad y el trabajo engendran la riqueza, pero la riqueza destruye la austeridad y el trabajo”. El consenso social no garantiza el acierto de una propuesta. No es verdad que la mayoría siempre acierta o que el pueblo nunca se equivoca. A veces, un solo hombre tiene razón frente a todos y, otras veces, una nación entera se engaña a sí misma.
“Una sociedad resentida o racista o fanática puede equivocarse colectivamente”. Si a la sociedad occidental le ponemos el adjetivo de hedonista, es decir, que vive obsesionada por el placer y el bienestar, entonces, puede no querer sacrificarse en nada, y así será imposible salir de ninguna crisis.
Ahora que algunos vislumbran en el horizonte de los mercados el fantasma del proteccionismo egoísta, ¿no será mejor apostar por la solidaridad internacional buscando una verdadera solución que trascienda la miopía nacionalista?