Relaciones con China... y respeto
Thursday, July 1, 2010
Víctor Murillo S.
La Nación, Costa Rica
De la conveniencia y trascendencia de las relaciones diplomáticas con la República Popular China, no tengo duda.
El gobierno de Arias acertó al dar ese paso, como en su momento lo hizo la Administración de don Pepe Figueres al formalizar los nexos con la URSS con la apertura de embajadas en las respectivas capitales, en 1971.
Empero, es importante dejar muy claro que los lazos bilaterales –económicos, diplomáticos, consulares y otros– deben forjarse sobre la base del respeto mutuo y el beneficio común.
Este riesgo debe tenerlo muy presente el Gobierno de Costa Rica en las relaciones con China, dada una serie de hechos conocidos, los cuales aconsejan prudencia, firmeza y revisión.
La frustrada visita del Dalái Lama –setiembre del 2008– y la exigencia de confidencialidad sobre las condiciones de compra de bonos por $300 millones por parte de China mostraron las uñas del socio oriental.
Lamentablemente, el gobierno de Arias cedió en ambos casos. El Presidente ensayó una excusa, que nadie le creyó, para pedirle al líder tibetano que no viniera y el secreto sobre esa transacción bursátil quedó sin efecto, gracias a un fallo de la sala Constitucional
Como si fuera poco, Pekín volvió a demandar secretismo para conceder una donación de $650.000 como apoyo a la participación tica en la exposición de Shanghái. Esa vez, y por el antecedente de aquella sentencia, al Gobierno no le quedó más que rechazar la condición.
Esa debilidad ha salido muy cara. En el epílogo del período de Arias, se accedió a dar visas a 100 trabajadores chinos para laborar en construcción, pese a la existencia de mano obra de ese tipo en Costa Rica.
En este asunto ha habido presiones diplomáticas y ofertas de regalos a cónsules nacionales. El país debe hacerse respetar y hacerle ver a China que esa no es la amistad que quiere.